domingo, 3 de mayo de 2009

Triste

La tristeza del pensamiento
Carlos-Enrique Ruiz


1. "Escuchad atentamente el tumulto del pensamiento y oiréis, en su centro inviolado, duda y frustración." (pp. 19-20)
Se parte de la base de la imposibilidad de no pensar. El pensamiento se desarrolla en condiciones de intención y también ajenas a la voluntad. Fluyen de manera continua las palabras y las imágenes, en especie de represtación de la propia vida, con los recuerdos, las experiencias, las interpretaciones. Y en ese acto incesante de pensar, el ser humano se ha propuesto el control de la naturaleza, lo que conlleva logros y frustraciones. En medio de las satisfacciones pasajeras quedan las marcas en desolación, en tristeza, manifiestas en primer término en el pensar, así se traduzcan luego en palabras de compartir. El autor se pregunta acerca del por qué de lo inevitable en la tristeza del pensamiento, y asegura la falta de concordancia entre pensamiento y realidad, sin poderse saber hasta donde llega el primero en función de la propia realidad. Las preguntas se suceden, por ejemplo al suponer que buena parte de las elaboraciones racionales pueden estar afectadas por ficciones pueriles, por cuanto tiempo y para cuanta gente fue válida la creencia de ser plana la tierra, incluso hasta preguntar por el origen del universo y si la vida tiene sentido.
De este modo, Steiner elabora la primera razón, con base en tanta duda que ensombrece el pensamiento, no dejándolo disfrutar de alguna sucesión de aciertos, en el trajinar por la vida y sus circunstancias.
2. "La gran mayoría de las veces, sinembargo, el pensamiento ordinario es una empresa chapucera y de aficionados." (p. 25)
El pensamiento, de la manera incontrolada como se ocurre, se manifiesta en especie de latido, con elementos de verdad intraducibles, y se acude a la música en su significación inexpresada para hacer notar ese aspecto con la participación del subconsciente. El control del transcurrir del pensamiento, también se advierte, no es cuestión consecutiva, sino intermitente, con recorridos desarticulados, anárquicos. Destaca la singularidad de personalidades en determinadas disciplinas que tienen la facilidad de sustraerse totalmente del medio para dedicarse a su hacer: el ajedrez, la cirugía, la lógica formal, la matemática, la relojería, la música... Pone por caso de representación de este estado, las partitas de Bach para instrumento solista. Muy a pesar, considera Steiner que se trata de singularidades, de difícil extensión en número y en el tiempo de las mismas vidas. Y en la generalidad aprecia el fluir involuntario y polimorfo del pensamiento como bastión de seguridad, con capacidad de reservas mentales en el contexto neurológico.
Este contraste deja la sensación de irrupción de la tristeza en alcance sostenido del pensamiento, pero a la vez debería ser satisfacción por la capacidad de salvaguardar su ejercicio para usos no frecuentes de realización plena, con el predominio generalizado de un ejercicio pedestre del pensamiento.
3. "Pensar es algo supremamente nuestro; se halla oculto en la más íntima privacidad de nuestro ser. Es también el más común, manido y repetitivo de los actos. La contradicción no puede resolverse." (pp. 34-35)
La singularidad de la persona reposa en el hecho de ser ella la que piensa lo que piensa, sin que pueda ser posible conseguir que otra piense por uno lo que uno piensa. Existe el carácter de impenetrable en los pensamientos, en tanto ocurren en el sitio de origen, algún rinconcito del cerebro. Ni la tortura puede arrancar los pensamientos más íntimos. De igual modo que nadie puede morir por mí, con similitud desde el punto de vista ontológico. Esa circunstancia de impenetrabilidad del pensamiento en cualquier persona, es lo que hace que tengamos la única posesión segura. Steiner representa esa condición, de conjunto, con parodia que hace del trajinado principio de Descartes, para quedar: "Respiro, luego pienso".
Sinembargo, hay un contexto común en las vidas que se comparten, por el carácter social del ser humano, donde la comunicación pone en predominio lenguajes, formas, expresiones que se intercambian en especie de lugares comunes, con alcances de repetición que Steiner establece como limitadas, con presencia esquiva de la originalidad, que toma como base la tradición de leyendas y mitos que se recrean en sucesión por las culturas, con especie de estructura de temas y variaciones, que alimentan la literatura en Occidente.
Entonces surge otro motivo para alentar la tristeza del pensar, en la continua busca que hace Steiner. Tristeza que se pega a las personas por la multiplicidad de contrastes sin solución, o apenas circunstancial y esporádica.
4. "Esta fundamental antinomia entre las pretensiones que tiene el lenguaje de ser autónomo, de estar liberado del despotismo de la referencia y la razón -pretensiones que son fundamentales para la modernidad y la deconstrucción-, por una parte, y la desinteresada búsqueda de la verdad, por otra." (p. 41)
Parte de estimar la imposibilidad de disponer de verdades definitivas, con base en los capítulos anteriores, en lo que se refiere al pensamiento subjetivo, en contraposición al afán que inauguró Parménides de buscar verdades objetivas. Registra como en la época actual, con todos los avances científicos y técnicos, hay un bajo continuo de nostalgia que se manifiesta en el pensamiento abstracto y en los procedimientos epistemológicos, por el hecho de quedarse siempre corto el pensamiento, con la idea de no ser suficiente para completar la tarea de explicar y desarrollar lo nuevo que se avizora, abriendo campo a las suposiciones, incluso con pensamientos contrarios a los hechos.
Esa antinomia que surge con las pretensiones del lenguaje y las conquistas de verdad, da como resultado un motivo más para la tristeza, a pesar de los alcances obtenidos por Spinoza, Frege y Wittgenstein.
5. "¿Cuántos reconocimientos se desperdician en la indiferente avalancha del pensamiento desatendido, en el soliloquio no oído u oído por casualidad de la emisión cerebral de cada día y de cada noche? ¿Por qué somos incapaces de condensar, de almacenar ordenadamente y con todo su potencial -como hace una batería eléctrica- el voltaje, posiblemente fructífero, generado por los insomnes arcos y sinapsis de nuestro ser mental? Es precisamente esta generación, infinitamente derrochadora y ruinosa, lo que no podemos, hasta ahora, justificar. Pero el déficit está más allá de todo cálculo." (pp. 47-48)
Steiner se apoya en estudios científicos sobre los intentos por localizar y evaluar la producción del cerebro como ondas, como cuantos de energía o como impulsos electromagnéticos, en correspondencia con el pensamiento. Establece que en muy alta proporción los procesos mentales son difusos, sin objeto, dispersos e inexplicados, donde campean el despilfarro y el déficit, que califica de monstruosos en el sentido de la economía. Alude a los regímenes totalitarios, quienes como censores temen al pensamiento anárquico, juguetón y despilfarrador, con búsqueda de sentidos ocultos en los textos escritos. Pero Steiner reitera las mismas creencias de Einstein y de Heidegger, en el sentido de las pocas ideas, una o dos, que un genio como ellos genera para pasársela reiterándolas a lo largo de toda su obra. Y a la vez manifiesta la inquietud sobre cuantas oportunidades se desperdician en ese continuo fluir de pensamiento, despiertos y dormidos, sin capacidad alguna de almacenar sistemáticamente los procesos mentales.
Entonces, en todo esto encuentra Steiner un motivo más para afirmar la nostalgia o tristeza del pensamiento, por la frustración que aquellos procesos conllevan.
6. "El eros humano es pariente cercano de una tristeza hasta la muerte. Si nuestros procesos mentales fueran menos apremiantes, menos gráficos, menos hipnóticos (como en los ratos de masturbación y sueño diurno), nuestra constante desilusión, el gris pegote de náusea que hay en el corazón del ser, sería menos incapacitante. Los colapsos mentales, las evasiones patológicas a la irrealidad, la inercia del enfermo mental son tal vez, en lo esencial, tácticas contra la desilusión, contra el ácido de la esperanza frustrada. Tales son las fallidas correlaciones entre pensamiento y realización, entre lo concebido y las realidades de la experiencia, que no podemos ni vivir sin esperanza... ni superar el dolor y la burla que conllevan las esperanzas fallidas. ’Esperar contra toda esperanza’ es una expresión vigorosa pero en última instancia condenatoria de la sombra que arroja el pensamiento sobre la consecuencia." Y en el "vivir sin esperanza" alude a Coleridge en dos últimos versos de un soneto: "Trabajo sin esperanza recoge néctar en un cedazo,/ y esperanza sin un objeto no puede vivir". (pp. 54-55)
También en este apartado Steiner muestra lo desconsolador del pensamiento cuando se aventura a la realidad, con actos que muchas veces no alcanzan a reproducir la intención de aquel, identificando una especie de "sombra" que se atraviesa entre el pensamiento y la acción.
A su vez señala la tan socorrida expresión de no tener palabras suficientes para expresar lo que se quiere, lo que a su vez es motivo de pesadumbre tanto para el poeta, como para el filósofo, como para el enamorado. En esa insuficiencia se atreve a conceptuar que "la perfección es un sueño no realizado de pensamiento", o "una abstracción conceptual", en semejanza a lo que es el infinito. Aparece también la insatisfacción al no conseguir o no alcanzar aquello que desde el pensamiento se delinea. Entonces, de igual modo establece que "un virus de insatisfacción vive en la esperanza". No hay en el sentido de esperar alcanzar lo presumido, la capacidad completa de logro, por consiguiente aparecerá de manera inevitable el sentimiento de no quedar satisfecho. Da un paso adicional al considerar que "esperar, tener expectativas o esperanza, es un azar", para terminar de redondear la idea de esperanza como forma de la impaciencia.
Aparece asimismo la sensación de vacío, de tristeza, incluso -apelando a Goethe y a Proust- en las oportunidades que coronan en satisfacciones, como efecto. La desilusión parece estar como constante en la vida, en la continua confrontación del acto de pensar con lo alcanzado en la realidad. Esperar aun en la desesperanza, pasa a ser elemento de rechazo al espectro o fantasma que el pensamiento lanza sobre sus efectos.
7. "El pensamiento más inspirado es impotente ante la muerte, una impotencia que ha generado nuestros escenarios metafísicos y religiosos. El pensamiento vela tanto como revela, probablemente mucho más." (p. 62)
Hay una constante en Steiner en este libro singular, al considerar como procesos humanos indetenibles, el respirar y el pensar, auncuando es posible suspender un poco más la respiración que el proceso de pensamiento. E insiste en la continuidad sin pausa en el pensar, de día y de noche, situación a la que le adjudica condición de "despotismo" y de "servidumbre". El pensamiento se ocurre con desenfreno, tan solo conducido por la lógica para la elaboración de razonamientos, con cierta sintaxis, pero se hacen evidentes los frenos o cortapisas en la hazaña de pensar con cierto orden, al chocar con limitaciones en el lenguaje, o con saltos, o sobresaltos tan propios de la condición humana. Situación advertida por científicos y artistas al expresar en determinado momento la imposibilidad de penetrar en la intimidad de lo que se busca para formular o expresar. He ahí otra circunstancia para la tristeza del pensamiento.
8. "Ninguna luz final, ninguna empatía en el amor desvela el laberinto que es la interioridad de otro ser humano... Al final, el pensamiento puede hacer que seamos unos extraños los unos para los otros. El amor más intenso, quizá más débil que el odio, es una negociación, nunca concluyente, entre soledades." (pp. 66-67)
Se reitera el carácter individual en los pensamientos, con la enorme dificultad en penetrar los de otros, para tener seguridad de ellos. Pone por caso el amor de pareja, donde a pesar de la compenetración afectiva se tiene la imposibilidad de advertir el pensar del otro, haciendo notar "las inciertas relaciones entre el pensamiento y el amor". Incluso observa extrañeza entre seres humanos cercanos, con grados mutuos de desconocimiento.
Pone en evidencia el temor, el miedo, el odio, la reacción espontánea ante lo cómico o chistoso, en la "dinámica de lo involuntario". Ni el amor transparenta la interioridad del otro, así haya una entrega total, lo que manifiesta el que seamos unos extraños los unos con los otros. De ahí que el amor sea una continua negociación entre soledades. Otro motivo para la tristeza del pensamiento.
9. "... No hay democracia en el genio; solamente una terrible injusticia y una carga que amenaza la vida. Están los pocos, como dijo Hölderlin, que se ven obligados a aferrar el relámpago con las manos desnudas./ Este desequilibrio, junto con sus consecuencias, el desajuste del gran pensamiento y la gran creatividad con los ideales de la justicia social, es una novena fuente de melancolía." (p. 74)
No todos tenemos la capacidad de generar pensamientos merecedores de ser pensados por originalidad y, en mayor grado, de ser expuestos ante los demás, y preservados, también por el rigor en su elaboración. Y tampoco es prolífica o pródiga la incorporación de esas ideas en la cultura habitual de las comunidades. La autenticidad del pensamiento es, a su vez, la manifestación de logros en características de originalidad y rigor.
Se habla del pensamiento innovador y transformador, pero no es posible enseñar a producirlo con esperado éxito, pero sí son transmisibles las herramientas o los medios como la sintaxis, símbolos, convenciones y técnicas para las ciencias básicas y las artes, lo que no garantiza producir masivamente genios que den pasos adelante en el conocimiento transformador.
Anota Steiner que allí radica un desequilibrio o desajuste entre el pensamiento y los resultados de gran creatividad con impacto, por ejemplo, en la justicia social, motivo de otra tristeza.
10. "Es a mi juicio la música, ese medio seductor de una intuición reveladora más allá de las palabras, más allá del bien y del mal, en el cual el papel del pensamiento tal como podemos comprenderlo sigue siendo profundamente elusivo. Pensamientos demasiado profundos no tanto para las lágrimas como para el propio pensamiento./ Es muy posible que Sófocles ya hubiera dicho todo esto en la oda coral sobre el hombre que incluye en Antígona. El dominio del pensamiento, de la misteriosa rapidez del pensamiento, exalta al hombre por encima de todos los demás seres vivientes. Sinembargo, lo deja convertido en un extraño para sí mismo y para la enormidad del mundo." (pp. 82-83)
A la altura de este punto final, Steiner se plantea problemas sustantivos sobre la vida y la muerte, sobre el sentido, sobre el avance en el conocimiento de lo fundamental, si de verdad podremos estar un poquitín más adelante de las comprensiones alcanzadas por Parménides y Platón, acerca del "enigma de la naturaleza" y de si tiene finalidad nuestra existencia.
Las más potentes mentalidades, como "Platón, san Agustín, Dante, Spinoza, Galileo, Marx, Nietzsche o Freud" han creado "sistemas teológicos y metafísicos de fascinante sutileza y sugestivo propósito". Subraya que antes de la modernidad, los alcances en pensamiento, arte y ciencia estuvieron soportados por interrogantes sobre la existencia, la muerte y lo divino, en lo que también advierte la razón como el vértigo de preguntar que a su vez da sentido a la vida como sujeto de examen.
Hace notar que los notables avances de la ciencia, por la capacidad expositiva racional, al incorporar procedimientos de verificación y de refutación, han marcado signos de progreso y de prestigio ante la sociedad, con creciente dominio en la cultura, pero todo ello conlleva manifestaciones de trivialidad que califica como "soberana", al intentar dar respuesta a cuestiones esenciales que son debidas al espíritu humano.
Steiner resalta que no es el debate teológico o filosófico el que pueda llevar el pensamiento hasta el límite, sino la música, medio de "intuición reveladora" que supera las palabras, donde el pensamiento es elusivo. Alude a la "oda coral sobre el hombre", en "Antígona" de Sófocles, como posibilidad de contener estas preocupaciones asumidas por el autor, con exaltación del ser humano sobre todos los restantes seres vivos, sin dejar de ser extraño para sí mismo y ni se diga para el mundo.
Completa de esta manera el panorama de la tristeza debida al pensamiento, replicada en diez ocasiones.
Después de leer el libro, queda la sensación de cierta esterilidad en el oficio de pensar, auncuando está la apertura de singularidad en momentos, y en exclusividades, para el logro de avances, con rigor de coherencia y resultados de impacto en el medio.
De todas maneras está palpable la sensación del pensar como una rutina en continuidad absoluta, que no se declina, con los devaneos incontrolados por cuanto resquicio pueda asomarse esa función cerebral, y apenas en muy pocos momentos con el control consciente para la interpretación, la elaboración, o el simple deleite que no se descarta, hasta para los deliquios en pesadumbres.
La tristeza en el acto de pensar termina por radicar en esa proliferación incontrolada, con apenas asomos de conciencia, y resultados dispersos y dispares. Por consiguiente, la vida parece continuar por senderos de azar, o de difícil interpretación de sentido. Huye la comprensión como huye la vida, en un exilio sin término.

1 comentario:

  1. Mother the day has come
    Someone is trying to take my life away
    And you've got to know
    That now I'm feeling worst
    It seems to dream

    I'm still standing here in front
    Of your soul
    Looking into your fireless eyes
    Right now I'm one too many
    It's hard to say you may believe it

    That everything I'll do for me
    Will be in the name of your lonely tear
    But stay now
    I'll do
    I believe in your power
    Will you believe in me?

    It is something for...
    We are living no more

    Can't you tell me girl
    What I should say and where I'll go tonight?
    Maybe in a dream
    I'll go between the sun and shining stars

    don't worry
    I'll be there with you whenever you are
    Right now I'm one too many
    It's hard to say
    You must believe it

    That everything I'll do for me
    Will be in the name of your lonely tear
    But stay now
    I'll do
    I believe in your power
    Will you believe in me?

    It is something for...
    We are living no more

    Deep in you heart so alone

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